debió llamarce santa Amanda...
totalmente dividida entre 2 mundos con una diferencia en años luz...
uno lleno de colores verdaderos, de sentimientos en la piel, de mundos recorridos y verdad, con manos suaves, ojos casi transparentes, brazos acojedores, labios embaucantes, y aroma inconfundible...
increíblemente perfecto, tan perfecto que asustaba, demaciado perfecto para ella, demaciado bueno para su demencia.
dos, lleno de colores, pero colores en flúor que encandilaban sus ojos, colores que solo lucen de noche, colores que solo duran instantes, de sentimientos compartidos, con perfecta locura. numero dos y sus manos mágicas, y como polilla atraída por su luz artificial Santa Amanda no dejaba de volar cerca, muy cerca.
y así mientras uno le da su vida y dos se la quita, Santa Amanda sigue jugando.
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