Cuando tenia 17 años me encontré un capullo extraño en la cortina, era como de plástico de un color verde brillante y movía una parte, siempre pensé que era su colita.
Y ahí estuvo por mucho tiempo, cada mañana la miraba esperando el momento en que saliera con sus alas de colores, con su metamorfosis perfecta, con su evolución extrañamente maravillosa.
Un día desperté, mire hacia la ventana y solo había un capullo vacío, sin poder contemplar ese sublime instante la oruga paso a ser mariposa mientras el mundo dormía, mientras la vida pasaba minuto a minuto sin detenerse a experimentar, sin detenerse a mirar, sin detenerse a disfrutar...
y así creo que en un millón de ocasiones nos perdemos instantes perfectos por el solo hecho de estar mal enfocados, estar durmiendo, o estar sufriendo.
Cuántas orugas habrán sido mariposas?
Cuántos ceresos han florecito?
Cuántos gatitos habrán nacido?
Cuándos dibujos se habrán pintado?
Cuántos silencios se han roto?
Cuántas nubes se han alejado?
Cuntos soles han salido?
Cuaántas lluvias han hecho arco iris
¿CUANTA VIDA NOS HEMOS PERDIDO?
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